domingo, 10 de abril de 2011

Entretiempo


Hemos jugado 45 minutos intensos, apoyándonos en todo, haciendo jugadas peligrosas, defendiéndonos del rival, abrazándonos en cada festejo de gol..
Siempre tendré presente cada palabra compartida, cada chiste mal contado y que sin embargo nos hizo reír, rabietas y caprichos que ponían a prueba tu paciencia, y como todo buen príncipe, solo respondías con mimos.
Esas visitas de sorpresa, esas lecciones de manejo con gritos de susto y sonoras carcajadas, esos días en que tan solo me veías y ni siquiera hablabas por temor a que me enojara o afectara ese tonto estado de salud; y sin embargo seguiste, me acompañaste aunque me hubiese adelantado a la película de James Cameron por mi aspecto (:
Un cuaderno lleno de secretos de medianoche, de sueños e ilusiones. Canciones cantadas a todo pulmón y el sentimiento de creer que fueran hechas para nosotros, eso queda.
Quedan muchas imágenes, una sonrisa que evolucionó, un cepillo de dientes que nunca se perdió..

Ahora estamos a mitad de tiempo, no sabemos si reingresaremos los dos en la segunda parte, si uno se quede en la banca y apoye desde allí al otro, ó a lo mejor abandone por completo la actividad y se conforme con ser un observador desde las tribunas. No lo sé. Seguramente no debimos querernos tanto, solo así hubiésemos seguido con nuestro raro juego, sin sentir esa culpabilidad de necesitarnos en todo momento y no poder o querer usar a nuestros suplentes.

Nadie sabe lo que puede pasar, mientras, mi idolatría por tí está intacta, mi voz te puede ser prestada siempre que la necesites, mis silencios son tuyos en los momentos fulminantes.
Hasta entonces pondré en remojo mis defectos, y puliré aún más mis virtudes, estaré mejor preparada cuando arranque de nuevo el partido.