Definitivamente no hay alegría más grande que reencontrarse con los amigos, y más con aquellos de colegio, con quienes coleccionamos una enorme caja de momentos, travesuras y alegrías.
Cuando la ví, noté que aún conservaba ese particular detalle de levantar las cejas mientras hablaba.
Cuando la ví, noté que aún conservaba ese particular detalle de levantar las cejas mientras hablaba.
Todo iba tan bien hasta que una extraña sensación hizo que me sientiera tan fuera de contexto (y eso que me pasa con cierta regularidad), en un momento cumbre de la conversación, comenzó prácticamente a contarme sobre su cambio de religión, sobre esa idiolatría que me hacía ver, ese fervor ciego que siente por su esposo.
Me mencionó que es un gerente de ni se qué, que está lleno de negocios importantes, que a través de él pudo conocer más sobre el mundo y bueno, una infinidad de cosas más que hacían de este señor un ser de sueños en la Tierra, fue entonces cuando le pregunté sobre su actual ocupación y simplemente respondió que está estudiando pero que no planea ejercer lo aprendido de su carrera pues básicamente lo hace para no desentonar con su esposo, en pocas, para no sentirse poca cosa para él!!!! QUÉ PASÓ? DE QUÉ ME PERDÍ?
Desde cuando tenemos que resaltar las virtudes de otra persona para pretender que nos miren como reyes; no digo que esté mal que sintamos esa admiración por nuestra pareja ni mucho menos, porque a fin de cuentas de eso se trata il amore de COMPARTIR esa felicidad del otro, pero de ahí a hacerla nuestra hay un abismo de diferencia.
No necesitamos decir que tenemos a nuestro lado al mismísimo Donald Trump y todos sus millones por esposo, debemos elogiarnos, de apreciar nuestras actividades por muy pequeñas que creamos que sean, pero trabajar día a día para alcanzar nuestro propio éxito. Con esto no quiero sonar como la anti-hombres más grande del mundo ni mucho menos, en lo posible no trato de encasillarme con estereotipos, para mí es igual de femenino el rosa y el negro, intento que no se me coloque ese cartelito de "buena niña ecuatoriana" que más bien es sinómino de mojigata, amo ver películas románticas, project runway, hacerme manicure(..), así como también disfruto de un partidazo de mi equipo de fútbol favorito y sentir como en cada gol se me rompen las cuerdas vocales.
No necesitamos decir que tenemos a nuestro lado al mismísimo Donald Trump y todos sus millones por esposo, debemos elogiarnos, de apreciar nuestras actividades por muy pequeñas que creamos que sean, pero trabajar día a día para alcanzar nuestro propio éxito. Con esto no quiero sonar como la anti-hombres más grande del mundo ni mucho menos, en lo posible no trato de encasillarme con estereotipos, para mí es igual de femenino el rosa y el negro, intento que no se me coloque ese cartelito de "buena niña ecuatoriana" que más bien es sinómino de mojigata, amo ver películas románticas, project runway, hacerme manicure(..), así como también disfruto de un partidazo de mi equipo de fútbol favorito y sentir como en cada gol se me rompen las cuerdas vocales.
Y sé que como yo hay miles de mujeres más llenas de cualidades extraordinarias y otras que por su forma de pensar son un tanto rechazadas.
Habemos las que manejamos muy bien los tacones.
Habemos las que nacimos para usar converse.
Habemos las que soñamos con casarnos y ser madres.
Habemos las que decidimos ser felices con nuestra soltería.
Habemos las dulces y habemos también de las amargas.
No dejemos que apaguen nuestros ideales con sus logros, compartamos pero no nos los impongamos.
Todos tenemos la capacidad de forjar nuestro destino, así que hombres (algunos no todos), no sean tan patéticos y no usen su "dizque poder" para atrapar y envolver a una mujer
No dejemos que apaguen nuestros ideales con sus logros, compartamos pero no nos los impongamos.
Todos tenemos la capacidad de forjar nuestro destino, así que hombres (algunos no todos), no sean tan patéticos y no usen su "dizque poder" para atrapar y envolver a una mujer
Y a mi amiga no puedo decirle más que una frase de un grande, Oscar Wilde.
"La fuerza de las mujeres depende de que la psicología no puede explicarla. Los hombres pueden ser analizados; las mujeres sólo pueden ser amadas."